El reparto de dividendos no es obligatorio y corresponde a los socios decidir si se realiza o si el importe permanece en la empresa. Los dividendos se pagan en efectivo (transferencia), normalmente en proporción al capital social que cada socio posee en la empresa.
Los dividendos pueden pagarse en el mismo año antes del cierre de las cuentas. Pueden pagarse mensualmente, trimestralmente, anualmente o con otra periodicidad. Es una decisión de los socios.
El reparto de dividendos a sus socios debe decidirse en una junta general, en la que se decide la forma de aplicar los beneficios.
Los dividendos del ejercicio sólo pueden repartirse si hay un excedente después de cumplidas las obligaciones legales / contables en la fecha de la aprobación de las cuentas y aplicación de los beneficios.
En efecto, en primer lugar, los beneficios del ejercicio deben utilizarse para cubrir las pérdidas, y si no hubiera deben utilizarse para constituir la reserva legal o las reservas estatutarias.
En términos generales, las reservas representan la suma de los resultados netos positivos (beneficios) que, no habiendo sido distribuidos a los accionistas, han sido retenidos por la empresa a lo largo de los distintos ejercicios.
El apartado 1 del artículo 295 del Código de Sociedades Comerciales portugués establece que debe destinarse a reserva legal al menos el 5% de los beneficios obtenidos durante el ejercicio, hasta que represente el 20% del capital social, y nunca puede ser inferior a 2.500 euros en el caso de las sociedades de responsabilidad limitada.
Las reservas estatutarias son impuestas por los estatutos sociales de la compañía, mediante acuerdo de los socios, y no existe un límite legal fijado por el Código de las Sociedades Comerciales portugués.
Además de para las reservas, los beneficios del ejercicio no pueden distribuirse a los socios, mientras los costes de puesta en marcha, investigación y desarrollo no hayan sido totalmente amortizados, al menos que el importe de las reservas libres y los beneficios no distribuidos sea como mínimo igual a estos costes no amortizados.
Una vez cumplidas estas obligaciones legales, los beneficios del ejercicio se consideran distribuibles y pueden repartirse entre los socios, en proporción a su participación respectiva en el capital social, o bien pueden retenerse total o parcialmente en la empresa como reservas libres, beneficios no distribuidos u otros elementos patrimoniales.
Los beneficios también pueden distribuirse en proporciones diferentes a las participaciones en el capital social de la empresa, si los estatutos así lo permiten.
Por ello, si hay beneficios distribuibles, los socios pueden decidir en cualquier momento, incluso después de la aprobación de las cuentas, la distribución de estas cantidades retenidas en la empresa (incluidas las reservas libres y los beneficios no distribuidos).
Sin embargo, el artículo 32 del Código de las Sociedades Comerciales establece que los activos de la sociedad no podrán distribuirse a los socios cuando:
(a) el patrimonio neto de la sociedad sea inferior a la suma del capital social y de las reservas, o
(b) resulten inferiores a dicha suma como consecuencia de la distribución.
Teniendo en cuenta esta limitación, la sociedad no puede distribuir dividendos a los socios (incluidos los beneficios no distribuidos y los beneficios del propio ejercicio) si dicha distribución no garantiza el mantenimiento de los fondos propios.
La finalidad del mantenimiento de los fondos propios es que la sociedad pueda cumplir sus obligaciones frente a sus acreedores, es decir, la liquidación de su pasivo.
Belzuz Abogados, S.L.P. – Sucursal em Portugal cuenta con una amplia experiencia en el análisis de las cuentas anuales y en la preparación de los documentos societarios necesarios para la distribución de los dividendos.
Departamento Derecho Mercantil y Societario | (Portugal)
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